miércoles, agosto 05, 2015

La Gema Perdida de Hyuik.


Una luz cálida ilumina su frente y a pesar de su intensidad no le ciega. El sudor es frío y las tensiones del cuerpo desaparecen. El objeto perdido de los viejos maestros ha sido encontrado. Fue un simple encuentro con la casualidad. Una casualidad maestra. 

Más temprano, en la mañana de ese día, Riak, un guerrero descuidado, poco disciplinado y perezoso, caminaba por las orillas del río de Hyuik, famoso por ser el campo de batalla de canoas de los niños de la villa. Su reflejo le atraía, aunque nunca lo miraba con detenimiento. El agua cristalina del río en el que jugó de niño no era algo que le asombrara hoy en día, se encontraba inmerso en las glorias de esas pequeñas batallas que había ganado hace algunos años cuando fue reclutado para cuidar al hijo adolescente del rey. Sus batallas eran espantar matoneadores y ayudar al chico a conquistar a las damiselas a través de mentiras y ardides poco honestos. Raik y Rembú, el hijo adolescente del rey, poco lejanos en edad, eran conocidos por sus travesuras en los campos y las bromas pesadas a los ricos. 

Esos tiempos pasaron hace algunos años y Rembú ya era rey. Raik solía caminar ensimismado en sus recuerdos de tiempos mejores y de liviana responsabilidad, haciéndose el de la vista gorda a su nuevo trabajo como profesor de los jóvenes guerreros, posición que tenía hoy en día gracias a las influencias de Rembú. 

A pesar de su particular irreverencia y poca disciplina, Raik era muy hábil con su mente: experto en resolver acertijos, de memoria envidiable y capaz de recitar los cantos tradicionales sin problema. Además, un excelente bailarín y compañero de conversación. Siempre apasionado por el trabajo de su cuerpo y con gran habilidad para la lucha. Cualidades que le generaban el favor y admiración de sus estudiantes e incrementaban sus dosis diarias de vanidad.

En esta mañana particular era el aniversario número 10 de su nombramiento como guerrero, gracias a su linaje como descendiente directo de Hihán y Pharean. Dos grandes maestros de Hyuik que, según la Leyenda, luego del Renacimiento de Hihán, condensaron todo su poder y conocimiento en la legendaria espada de Hihán el viejo, el Tatarabuelo de Raik, convirtiéndola en La Enigmática Gema Violeta. 

Dicen los sabios de Hyuik que la gema es la poseedora de un gran secreto, uno de esos que no se puede contar y que no se puede relatar. El Secreto de la Gema Violeta siempre estuvo escondido; se teorizó mucho sobre él y algunos farsantes crearon gemas de imitación para distraer a los ansiosos de poder y estafarlos con la promesa de habilidades increíbles para reiniciar el camino perdido de los sabios, de los cuales ya sólo quedaban tres, muy enfermos y sintiéndose resignados y decepcionados al no encontrar a alguien digno de heredar sus secretos. Siempre los portadores de la gema eran quienes tenían ese derecho a heredar esos honores, sin embargo, la gema a estado perdida, junto con su secreto, durante dos generaciones, desde el gran terremoto. 

Raik nació justo después del terremoto, 5 años después del Renacimiento de Hihán que murió en la batalla de los Ángeles Oscuros y siempre le pidió que estuviera atento a la reaparición de la gema, pues para Hihán, la gema no se había perdido, sino que ella misma se había escondido y saldría a la luz en el momento exacto. 

- Hijo mío - Recordó Raik las palabras de su padre al partir a la batalla de los Ángeles Oscuros - me encantaría decirte que mi segundo renacimiento será en ti, pero tienes tu propio camino, ¡Vívelo! ¡No te distraigas en el interior de las expectativas de otros por ser mi hijo! ¡Vive hijo, vive!

Desde que era el escolta de Rembú, Raik no se había permitido recordar las palabras de su padre, nunca había pensado qué significaban. Empezó a recordar las palabras de todos y las frases de presión de sus maestros, sus amigos y todos aquellos que lo reconocían como el hijo de Hihán. 

- No te pareces en nada a tu padre - le decían los ricos víctimas de sus bromas. 
- Estás destinado a ser el Segundo Renacido - le decían sus maestros de lucha y artes. 
- No dejes que el nombre de Hinán muera - le decían los sabios - aunque, escucha bien, sólo es su nombre el que mantendrás vivo, no su ser ¡esa no es tu misión! 

Estos pensamientos, enterrados desde la adolescencia, empezaron a emerger como un volcán. El dolor de cabeza se intensificó, sus ojos empezaron a arder, su brazo izquierdo emanaba un dolor que le había gritar de manera inconsolable. Aún resistiéndose a llorar, seguía recordando las imágenes y las frases de aquellos que siempre vieron a Raik como el segundo renacimiento de Hihán. Sintió en sus hombros la tensión y el peso de la historia que venía cargando por años y de la que se negaba a hablar. 

Finalmente el dolor desapareció y una voz conocida empezó a susurrar. 

- La luz violeta entrará en tu corazón, encuentra tu camino y vive - Era la voz de su madre, Violeta, quien había muerto el día en que Hihán nació. 

Las aguas del rio de Hyuik, empezaron a moverse, un ángel azúl y un ángel violeta emergen lenta y serenamente, emanando una tranquilidad indescriptible en Raik y aparece el llanto. Hihán y Violeta, viven ahora en el reino de los Ángeles. Visitan a Raik, a la misma edad que tenía Hihán al renacer y traen consigo La Gema Perdida. 

Las sonrisas de los ángeles con alas de luz incandescente, le daban la noticia a Raik de que su camino apenas iniciaba y una gran sensación de poder inundó su cuerpo. La armadura de Hihán se posó sobre Raik, aunque renovada y rediseñada a su esencia. Raik es ahora el portador de la Gema Perdida. Su armadura porta además las gemas azules del conocimiento de Pharean. 

Una luz cálida ilumina su frente y a pesar de su intensidad no le ciega. El sudor es frío y las tensiones del cuerpo desaparecen. El objeto perdido de los viejos maestros ha sido encontrado. Fue un simple encuentro con la casualidad. Una casualidad maestra de memorias que se cruzan en el momento adecuado. 

El Guerrero Representante de los Ángeles a nacido. La Gema Perdida y Las Gemas del Conocimiento adornan su armadura. El secreto ya no es secreto. El encuentro de la elección de la misión del guerrero se hizo público. Ahora, este maestro de maestros poseía el gran poder de la inspiración, guiando a otros hacia su propio renacimiento.