Dicen que nacemos esencialmente de la tristeza.
Sin embargo, con este vicio de sólo creer parcialmente en lo que dicen,
he venido entendiendo que la nostalgia también nos da vida.
Otros afirman que el dolor nos gestó y
a veces he escuchado decir que somos producto de la vergüenza.
También hay rumores que la alegría es nuestra fuente
o que a veces el miedo es quien nos da el permiso de existir.
Los recuerdos, las sorpresas e incluso hasta
esas sensaciones de incertidumbre o una idea son nuestros dioses creadores.
Hoy nazco como producto del arte, de un boceto improvisado, de
la reflexión sobre la realidad que reta las emociones
y de la inspiración.
Entiendo hoy que, independiente de qué o quién me dio vida:
soy amor propio y sanación.
¡Déjame Fluir!
__________________________________
Dedicado al pequeño Aylan Kurdi. Cuya historia nos exige hacer un alto en el camino y seguir concentrándonos en nuestras misiones personales y colectivas de hacer este mundo un mejor lugar para vivir.
