
Doce movimientos de inhalación y exhalación por minuto. Ese es el ritmo con el que el sueño se intercala con la vigilia y las voces del afuera se confunden con las del adentro creando un estado en el que sólo el recurso a la memoria le da sentido a una existencia limitada a un tanque de 12 regalos de vida por minuto.
Los recuerdos se acumulan y parecen archivarse en la línea del tiempo; preguntando, contestando preguntas por medio de la introspección, aliviando, escondiendo y, sobre todo, recriminando, insertando el tono del arrepentimiento y pidiendo cuentas a un cuerpo que, en este momento, sólo sirve para pedir perdón y ofrecer disculpas.
El narcisismo de Luis nunca se sentó a preguntarse por las consecuencias de sus actos en su consciencia y en los demás. Y, ahora, que depende de las decisiones de aquellos a los que a dañado con algunas de sus acciones, quienes tienen el poder de dictar la sentencia de su desconexión o del prolongamiento de su existencia a 12 revoluciones por minuto.
Fernanda entra a su cuarto todas las noches y alivia la culpa con recuerdos hermosos de vida juntos, de todas aquellas cosas buenas que se han logrado en estos años que han pasado.
- No te sientas intranquilo, - le dice Fernanda casi como si estuviese despidiéndose - estoy bien y mi recuerdo de ti siempre será un motivo para seguir adelante, así tenga que recordarte 12 veces cada minuto -.
Los recuerdos se acumulan y parecen archivarse en la línea del tiempo; preguntando, contestando preguntas por medio de la introspección, aliviando, escondiendo y, sobre todo, recriminando, insertando el tono del arrepentimiento y pidiendo cuentas a un cuerpo que, en este momento, sólo sirve para pedir perdón y ofrecer disculpas.
El narcisismo de Luis nunca se sentó a preguntarse por las consecuencias de sus actos en su consciencia y en los demás. Y, ahora, que depende de las decisiones de aquellos a los que a dañado con algunas de sus acciones, quienes tienen el poder de dictar la sentencia de su desconexión o del prolongamiento de su existencia a 12 revoluciones por minuto.
Fernanda entra a su cuarto todas las noches y alivia la culpa con recuerdos hermosos de vida juntos, de todas aquellas cosas buenas que se han logrado en estos años que han pasado.
- No te sientas intranquilo, - le dice Fernanda casi como si estuviese despidiéndose - estoy bien y mi recuerdo de ti siempre será un motivo para seguir adelante, así tenga que recordarte 12 veces cada minuto -.