lunes, agosto 22, 2005

Paranoia y Pinceles


Era una noche como muchas con pocas nubes. Pero estas eran nubes como muchas aunque había pocas. Gracias a eso, la luz de una luna como pocas era mucha y totalmente libre esa noche y se colaba fuertemente por la ventana de Arnulfo, proyectando las mismas tres barras sobre la almohada de su cama. Una cama que no era del todo suya, pues no era el primero que dormía ahí y tampoco era el último. Pero esa noche y muchas anteriores había sido su cama.

Todas las noches Arnulfo se encontraba consigo mismo realizando en una que otra maroma antes de acostarse: revisaba cada parte de su habitación para cerciorarse de que todo estuviera en orden antes de dormir: revisaba que su puerta estuviese bien cerrada; que su cama estuviese bien tendida; que sus brazos de metal estuviesen brillantes; que la boina que le había dado su ex - compañero de guerra estuviese en su cabeza; que el hombre que todas las noches le robaba sus sueños geniales no estuviese ahí, flotando en la ventana del quinto piso esperando a que Arnulfo se rindiera ante el cansancio; que sus pinceles mágicos que hacían que las cosas que él creaba se volviesen reales estuviesen totalmente limpios, sin una sola gota de tinta que pudiese escurrirse y causar algún estrago artístico.

Pero esta no era una noche como muchas noches. El ladrón de pensamientos no estaba, pues un temblor de tierra lo había espantado; ese mismo movimiento sísmico había destendido la cama y ahora eran cuatro barras que se proyectaban sobre la almohada; el temblor también había hecho que la boina probara el polvo de ese cuarto. La puerta chirriaba escandalosamente evaporando la sensación de estar seguramente cerrada y los pinceles… los pinceles.
“¿DÓNDE ESTÁN MIS PINCELES? ¿DÓNDE ESTÁN MIS PINCELES? ¿DÓNDE ESTÁN MIS PINCELES? ¿DÓNDE ESTÁN MIS PINCELES? ¿DÓNDE ESTÁN MIS PINCELES? ¿DÓNDE ESTÁN MIS PINCELES?”

Gritaba con fuerza Arnulfo y con sus brazos metálicos empezó a darle vueltas a cuanto mueble se atravesaba y a rasgar las paredes acolchonadas de su cuarto. Daba tumbos, su cara se enrojecía hasta llegar a un tono de furia y continuaba gritando:

“¿DÓNDE ESTÁN MIS PINCELES? ¿DÓNDE ESTÁN MIS PINCELES? ¿DÓNDE ESTÁN MIS PINCELES? ¿DÓNDE ESTÁN MIS PINCELES? ¿DÓNDE ESTÁN MIS PINCELES? ¿DÓNDE ESTÁN MIS PINCELES?”

Siempre gritaba sólo seis veces. Eran seis pinceles.

Su cara se tornó húmeda en un río de sudor y lágrimas. De pronto empieza un monólogo: “Sí, tuviste que haber sido tú. ¿No te bastó con llevarte a mi compañero de combate? ¿Acaso no es suficiente una pesada condena de metal macizo en cada una de mis extremidades superiores? ¿Acaso no te son suficientes mis pensamientos y sueños que robas cada noche? ¿Qué pasa? Me das un don y luego me lo robas. Pago todo este caro precio para poder crear un mundo nuevo a cada tanto con esos pinceles que intercambiaste por mis sueños y mi tranquilidad. ¡No es fácil pintar con brazos tan pesados!"

Los pinceles descansaban todas las noches en el lavamanos y la acción de este demonio dador de dones y devorador de ilusiones hizo que estos cayeran todos en el retrete y escaparan por la tubería hacia un desagüe hasta las manos de dos niños indigentes distraídos y juguetones.

“¿DÓNDE ESTÁN MIS PINCELES? ¿DÓNDE ESTÁN MIS PINCELES? ¿DÓNDE ESTÁN MIS PINCELES? ¿DÓNDE ESTÁN MIS PINCELES? ¿DÓNDE ESTÁN MIS PINCELES? ¿DÓNDE ESTÁN MIS PINCELES?”

Los gritos se hacían más fuertes y los reclamos al demonio de su consciencia eran más intensos. Las lágrimas estaban por agotarse y el sudor era tan ácido que el pecho y la espalda empezaban a arder. Agotado de tanto gritar Arnulfo decide dejar de respirar. Su delirio lo mató y la casualidad de un enfermero en turno da la noticia:

“el loco de la seis está muerto, el loco de la seis está muerto, el loco de la seis está muerto, el loco de la seis está muerto, el loco de la seis está muerto, el loco de la seis está muerto”

Sí, también repite seis veces, a manera de homenaje y con mejillas húmedas. Arnulfo era su amigo y le había pintado más de una realidad con sus dibujos extraños e imposibles de interpretar. Arnulfo era mensajero de emociones y su demonio, que era su Dios al mismo tiempo, era la creación de una mente perturbada por una esquizofrenia controlada hasta la pérdida de los pinceles. A la larga resultaron ser mágicos.

9 comentarios:

Dra. Kleine dijo...

Donde están los escritores como tú? Donde?. Escribo una sola vez porque sólo uno hay por aquí...solo deseo que no se pierda igual.

Bello!!

Anónimo dijo...

Me da gusto leerle estimado pintor, el estilo toma giros sorprendentes con cada entrega que hace.
Felicitaciones.

Anónimo dijo...

Admiro cada dia mas tu forma de pintar las palabras, definitivamente eres bueno y espero poder seguir a tu lado para ver de cerca y compartir tu triunfo, que por cierto ya comenzo.

La ñiña

Alvaro Rolando dijo...

Amigo Jose, me emociona mucho como su estilo va fluyendo, cómo empieza a dibujar pinceladas realmente artísticas. Me gustó mucho este post, por varias cosas: por los inteligentes juegos de palabras, por la locura tan cercana que narra, siempre me han impactado la locura, la compulsión de repetición, el genio y la locura mezclados en uno solo, el don como maldición y como bendición. A veces los dones nos encierran, y el precio de la genialidad y la "especialidad" es la soledad, el vacio, ese es el precio de quienes ven la realidad con otros ojos, con otros matices. Este post trajo a mi mente una bella canción de Mecano sobre Dali, un loco genio, un genio loco... como muchos que hay en el mundo, que nos gritan sus maneras diferentes de apreciar la realidad, y que nosotros, los verdaderos locos, no somos capaces de apreciar.

"...de donde acaba el genio a donde empieza el loco/Mirada deslumbrada de donde acaba el loco a donde empieza el hada/En tu cabeza se comprime la belleza como si fuese una olla express".

amigo Jose, un placer leerlo y apreciar sus dibujos, este en particular trasmite la locura, y el encierro de estar incomprendido en los propios dones.

Un saludo.

Csar A. dijo...

Triste fue el momento en que se empezó a considerar como "cuadro paranoico-esquizofrénico" el conjunto de expresiones propias y mas altas de LO SAGRADO; no menos triste fue el momento en que las grandes potencias divinas (entre ellas, porque no,el demonismo)encontraron explicación racional,"científica", quedando reducida su naturaleza a mera proyección de sentimientos y culpas ocultas en el psiquismo... Pues, creo yo, lo que padecía mi querido Arnulfo es propio de una morfología en la que hay que incluir los comportamientos propios del "homo religiosus" -opor supuesto, no solo hay que incluir a la religión sino también al arte y la filosofía: repeticiones compulsivas de los actos (las ceremonias son un ejemplo); perturbaciones ante la omisión de ciertas acciones que se tornan en demarcaciones fuertemente territorializadas (los lugares sagrados, los actos prohibidos)... en fin... después miraremos esto mas de cerca. Arnulfo, tristemente, me parece un despojo, una caricatura artificial de lo que antaño hubiese sido el acto mas solemne: el sacrificio de la vida por nada, pues solo la vida se da por nada... (el la dio por pinceles, que ya es suficiente herramienta útil).

Anónimo dijo...

El final tiene tanto por decir. Parece un libro abierto, y no precisamente de esos libros que vemos comúnmente sino de los que se necesita salirse de lo cotidiano y entrar en la amplitud de las letras. Eso de repetir 6 veces es una característica que lo hace paranoico en sí. Un saludo.

Dr. Phyloel dijo...

Carolina. Tengo que agregar que por pura casualidad, fuiste el comment número 6 ;)

Andrés Carrera de Mulder dijo...

FELICITACIONES, AMIGO JOSE, POR ESTE POST. UN SALUDO!

Dr. Phyloel dijo...

Hola a Todos. Les confieso que éste ha sido uno de mis escritos preferidos y lo escribí exclusivamente para el blog. Y, hasta ahora, es el que más comments a tenido lo que lo hace aún más especial.

G.Kleine.

me siento halagado de estar entre tus blogs leídos. Además, me llena de orgullo saber que me consideras "escritor" ¡Vaya! eres la primera persona que me lo dice.
En realidad. Gracias.

AQUEL ERIC

Interpreto que me lees como un escritor versatil. GRACIAS. Espero no desilucionar con próximas entregas

LA ÑIÑA

En realidad no estás al lado de mis trinfos, estás incluida en ellos. En parte funcionas como un motor que me ayuda a seguir mejorando. Te amo

ALVARO Y CÉSAR

Como colegas creo que han visto muchas de mis intenciones en este post. Me gustaron mucho sus comentarios y he necesitado bastante tiempo para digerirlos. Lo mítico, lo religioso y la locura, no siempre están tan lejos como se cree, es más, están más cerca de lo que pensamos normalmente.

CAROLINA

La paranoía es una maravilla desde el punto de vista creativo, pero desde el punto de vista psicólogico es un infierno. Esa gran paradoja es la que me encanta y me pone a flotar entre las letras y ese dibujo: "una sonrisa extraña para el cuerdo"

Por otro lado, posiblemente vaya a poner más cosas acerca de Arnulfo en un futuro.

LAURA

La libertad es tan paradógica como la locura. No tengo más que decirte... por ahora

ANDRÉS

Gracias por el saludo y por la felicitación. Estaremos leyéndonos.

DIMINUI

Gracias a tí y blogeratura por la bienvenida al directorio.