sábado, octubre 15, 2005

Vendedor de Visitas (Segundo Acto de Paranonía y Pinceles)


Muchos se preguntaron por el paradero de Arnulfo luego de conocer su suerte y la de su madre. Otros, aquellos que compraban retratos de lugares visitados, tuvieron noticia de Arnulfo pero sin conocer su pasado. Sí, Arnulfo desde hace 15 años, se había dedicado a darle vueltas a lo que él conocía como mundo: algunos sitios turísticos, una que otra casa de caridad y las calles conocidas de esa cuidad que contiene su memoria en las paredes. Ahora, en agradecimiento con esta cuidad que le había servido de lienzo, este huérfano artista decidió retratar cada lugar que visitaba y vendía los retratos al mejor postor: un turista maravillado con algún sitio histórico de la cuidad o uno que otro pintor aficionado que quedaba encantado con el talento de Arnulfo. Se había convertido en un vendedor de visitas.

Un par de tenis de lona descastados, unos pantalones cortos y un saco de lana con las mangas descubiertas eran su atuendo diario.

Pareciera que nuestro amigo llevara una vida tranquila, pero en las noches la historia era distinta. Una vez cerraba los ojos, la imagen de Indiana tosiendo, luchando por respirar con bocanas de aire gigantescas que apenas le dejaban seguir con vida, aparecía ante sus ojos. En ocasiones, la imaginaba gritándole y regañándole por no hacer uso adecuado de los crayones. Es cierto, la culpa mataba a Arnulfo todas las noches, con pesadillas, sudor en la frente y con juez producto de sus fuertes alucinaciones que había empezado a tener hace algunos meses. Este juez, todas las noches le ponía duras pruebas:

- Muchacho – le decía una voz ecoica que parecía del más allá pero que sonaba en el más acá, de tono grave y ajusticiador – tus pasos serán pesados, y tus manos y brazos tendrán que fortalecerse. Por esa razón, estarás condenado a pintar con esos brazos de acero forjado en las llamas de tu culpa por que tus brazos no alcanzaron a salvar a tu madre.

- ¡Yo hice lo que pude! - Arnulfo rompió en llanto – cuando el cambuche cayó hice lo posible para ayudarla, pero ella tocía y tocía y sus pecho silbaba con fuerza; yo busque la frazada para abrigarla – tartamudeó un poco, se secó las lágrimas con sus guantes blancos que siempre estaban exageradamente limpios – pero todo fue inútil, todo fue inútil. ¡Todo fue inútil! – terminó con un estruendoso grito empuñando sus pinceles, como si fuesen espadas que quisieran callar la culpa.

- El dolor es tu condena muchacho, – le respondió con fuerza el representante de la culpa poniéndole el dedo amenazadoramente en el pecho y enterrándolo como si quisiera llegar a su corazón - no tienes el derecho de hacerte de amor o de amistad, porque no fuiste capaz de responder a los cuidados quien te quisó. Por eso, estarás condenado también a la soledad y no podrás más que hacer que tus pinturas muevan las fibras de quién las vea.

El llanto de Arnulfo se tornó agudo y penetrante, tanto que un veterano de guerra le escuchó y le acompañó consolándolo. Pero Arnulfo, que sentía sus brazos pesados y su cabeza caliente le respondió con fuerza que se marchará, que él nada podía hacer y le empujó haciendo que su boina cayera al suelo.

- Quédatela – le dijo el anciano levantándose y sacudiéndose el polvo – de todas formas ya estaba vieja y parecía reclamar otro dueño.
Mientras se alejaba ese hombre, Arnulfo suspiró, se secó las lágrimas y le dijo:

- No, espera – estiró el brazo con el retrato de la calle en la que estaban - llévate esto. Que sea el recuerdo de tu visita.

El hombre sonrió tímidamente con un pequeño gruñido de aprobación y sin decir nada, caminó unos cuantos pasos y empezó a llorar tímidamente, tres lágrimas se escurrieron, pero su machismo no las dejó correr más que unos centímetros por sus mejillas.
-Después de todo, mi nieto es un buen hombre -. Pensó.

Pasaron algunos años y el misterioso veterano murió con la felicidad de encontrar a su nieto, pero antes, le dejó una carta a Arnulfo que decía:

En pocos días, un hogar te recibirá con manos abiertas y serás protegido de toda culpa. Indiana te cuida con mi presencia.

Arnulfo nunca supo que el veterano era ese abuelo que no lo había querido reconocer. La intrigante conexión con Indiana y el anciano, más el miedo por las acciones del justiciero le hicieron aceptar la propuesta, pues el recuerdo de la frase “estás condenado a la soledad” parecían ser la demostración de que el justiciero estaba cumpliendo su promesa.

Se internó entonces, por su propia voluntad, en un hospital psiquiátrico en dónde lo esperaban recomendado por el teniente Arnulfo López. El gesto de la pintura había convencido al arrepentido abuelo de resarcir la indiferencia frente al nacimiento del vendedor de visitas.

A la larga, los pinceles terminaron siendo sus amigos, y sus dibujos y pinturas, parecían cambiar las cosas en el afuera.

22 comentarios:

ShAdOw dijo...

Fabuloso!!! ya lo esperaba y veo que continuará, habrá que saber lo que pasó con Indiana ;o) amigo, puedo percibir el nacimiento de una gran obra que cada vez se torna mas interesante...
Un fuerte abrazo pintor, tus pinturas me emocionan...

Los Tacones Rojos dijo...

Me encanta poder leerte esta mañana de otoño. Un domingo cualquiera. Espero que continúe...
Un beso y un placer ver tus palabras dibujadas.

Csar A. dijo...

Oh culpa, pesada y terrible culpa... en que despojo convertiste el genio de un talento natural!

Pili dijo...

Arnulfo debería tener en sus adentros a la staphilococcus aureus.

Esto me ha gustado mucho.

Anónimo dijo...

Mi pintor de palabras preferido cada dia te veo creciendo mas, te felicito de todo corazon mi bebe hermoso. Veo que estas logrando capturar y mantener la atencion de tus lectores sobre la historia. Un buen logro. Definitivamente lo que te hace unico es ese amor que transmites con cada personaje que creas. sigue asi. POWER

Anónimo dijo...

La compañía de Indiana le hace redimirse de tal maldición de estar solo. Lo demás... vendría luego. No se sabe. =)

Paulafat dijo...

Me encanta tener una historia a la cual seguirle el hilo. Espero que no dure poco.

Bye!!

Isthar dijo...

Al menos en la codena de su soledad supo encontrar la compañía de los colores, los lienzos y los pinceles.

Con suerte pudo dibujar un mundo a su medida, después de todo...

Dra. Kleine dijo...

Pero...pero..pero...
Dioses!!
Bello!

Como siempre.
El dibujo dice mucho eh?
Excelso!

David Morán dijo...

Leí la primera parte primero.(¡) Ahora la segunda, me parece una obra excelente, y mejor aún no tener que pagar el dinero que no tengo para poder leerla.

A este fufo le pesan las culpas tanto que se transfiguran en alucinantes manos de hierro que, con desesperación amorosa y compulsiva, templan los seis pinceles que tiene.

Saludos, como no tengo con qué pagar te regalo un humilde link en neurocosmo.

Anónimo dijo...

Bella la historia del que resultó condenado a sus pinceles.

Te dejo un saludo Mafioso.

Señor de las Sombras dijo...

Es un placer ver dibujar especialmente si lo hacen con las palabras, un Oasis en el mundo es realmente un placer visitarlo, estaemos en contacto.

Orfa dijo...

Dibujas muy padre, ¡felicidades! :)

Anónimo dijo...

Afortunadamente tanía sus pinceles y eso le iluminaba la vida.
Como a otros nos la ilumina un pepel y un lapiz para escribir.

Un abrazo. Gracias por visitar mi Blog

Unknown dijo...

Gracias por tu visita colega. Vuelvo después con más tiempo; pronto estará dispuesta mi página profesional (www.salvadoralario.com), yo hace más de 20 años que trabajo en clínica privada... Ya hablamos más tranquilamente. En el perfil hay más blogs. Voy a darme una vueltecita y después nos vemos. Un saludo, buena luna y carpe noctem!.

Unknown dijo...

Ah, yo también hacía comics, hay alguno en las bitácoras. Bueno, me voy y vuelvo.

Verso dijo...

Gracias por dejar constancia de tu paso por mi blog, a mí también me interesa el mundo de los afectos.
Escribes muy bien.
Volveré, saludos blogueros.

Leodegundia dijo...

Buenos días, vengo a devolverte la visita que hiciste a mi blog y me encuento con un pintor de palabras que sabe utilizar muy bien los pinceles.
Volveré otra vez.
Un saludo

almena dijo...

Saludos, Pintor!
Gracias por tu visita.
Ahora voy yo a recrearme con tus letras y con tus imágenes...

Tastavins dijo...

Gracias por la visita.
Tienes un blog muy trabajado con las historias y dibujos, mucho talento en ambas cosas.
La culpa a veces es demasiado pesada, incluso cuando se obtiene el perdón. Pero, por suerte Arnulfo encontró quien le ayudara con su carga en una persona que debió sufrir tanto como él. Muy buen relato.
Pasaré por aquí de nuevo.
Saludos!

Anónimo dijo...

You have an outstanding good and well structured site. I enjoyed browsing through it » » »

Anónimo dijo...

What a great site dental product Macintosh anti-spyware software Honda zr2800 pressure washer Toner cartridges for dell p1500 Laptop help accutane package insert malpractice nexium testimony buy meridia software How do i care for mini roses Card circuit graphics nvidia 64m nv34 lindbergh and asian schoolgirls Dogs wheelchair Software mlm Totes schwein Replacement parts for bmw Quarter horse coat color discovery land rover review Arizona sales tax permit